martes, 14 de diciembre de 2010


EL PERIODO RAMESIDA 

La XVII dinastía concluyó con el reinado de Horemheb, que, al no tener herederos, nombró sucesor a su visir, Paramessu, que accedió al trono con el nombre de Ramsés y dio comienzo a la XIX dinastía. Paramessu era descendiente de una familia de militares y el mismo había desempeñado el cargo de los Jefes Arqueros y Comandante de la Fortaleza de Ciaru.
Su ascendencia militar influyo en la forma de gobierno. Aunque se había proclamado como “El que confirma a Maat en las Dos Tierras”, rindió especial veneración al dios Set. Sin embargo, Ramsés I era ya anciano cuando subió al trono y luego de dos años de reinado, le sucedió su hijo Seti I, en 1289 a.C.
                                                                                           
Reinado seti
  El reinado de Seti se caracterizó por dos aspectos principales:
*Sus expediciones militares en Asia. Se recupera el dominio perdido sobre Siria y Palestina perdido durante el período de Amarna.
*Sus construcciones monumentales. Una importante aportación a la arquitectura del período fue la construcción de su templo funerario en Quirma, de su tumab en el Valle de los Reyes (considerada una de las más bellas de toda la necróplis) y, sobre todo, de un segundo templo funerario que mandó a construir en Abydos, donde hizo grabar la importantísima tabla con los cartuchos de los 76 faraones que habían reinado en Egipto antes que él, desde el primer rey de la primera dinastía, Menes (Aha), hasta el propio Seti I.

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Ramsés II
Ramsés II ascendió al trono al morir su padre, Seti I, en el año de 1279 a.C. con ta sólo 15 años de edad. Su reinado duró largos 67 años, que aportó a Egipto orden y prosperidad en el interior, y gloria y prestigio ante los países del exterior.
Los primeros años de su reinado le concedieron la fama de “faraón guerrero”; ya que durante su quinto año de gobierno se produjo la batalla de Qadesh, que había sido conquistada por su padre Seti I, pero de la cual habían ido perdiendo poderío desde entonces, por lo cual Ramsés II decició atacar a los hititas para reconquistar la población fortificada.
Después del episodio, ambos reyes, Ramsés II y Muwatali, rey de los hititas, regresaron a sus respectivos reinos. Ya en su nueva capital, Pi-Ramsés, se inició una intensa actividad de construcción, sobre todo religiosa, haciendo representar en los edificios erigidos la batalla de Qadesh como propaganda de su valía como guerrero, aunque no venció realmente y después del acontecimiento hubo pocas campañas militares en Siria, por lo cual su reinado puede considerarse pacifico.
Ramsés II murió a los 82 años (1212 a.C) dejando a Egipto en la cumbre del poder e influencia cultural. Su cuerpo mimificado fue hallado en 1881, junto con las momias de otros faraones, en uno de los dos escondites de Deir el-Bahari, en Tebas Oeste.





RAMSES II
 

*Ramsés III
Hijo de Setnajt, Ramsés III trató de emular la fastuosidad de Ramsés II, haciendo templos funerarios tales como su templo funerario en Medinet Habu y tuvo que hacer frente a las tentativas de invasión por parte de los libios, y sobre todo, de los Pueblos del Mar, quienes sufrieron una gran derrota naval, tal y como no los cuentasn los relieves que adornan las paredes del templo funerario en Medinet Habu.
Asimismo, el reinado de Ramsés III es recordado también por algunos episodios de carácter social y político:
*Las primeras huelgas. Los obreros encargados de excavar las tumbas del Valle de los Reyes, protestaban por el retraso de sus salarios.
*Una conspiración. Surgida en el ámbito del harén y encaminada a colocar en el trono a un heredero ilegitimo. El complot fue descubierto y las actas del proceso que condenaba a los conspiradores han llegado hasta nosotros a través de varios papiros.
Finalmente, luego de treinta y dos años de reinado, Ramsés III dejó el trono a su hijo Ramsés IV, al que sucedieron otros siete faraones con el mismo nombre. Cuando murió el último de los faraones de la dinastía Ramesida, Ramsés XI, en 1069 a.C., Egipto no contaba con nadie que pudiera hacerse cargo del poder centralizado. Frente a la creciente debilidad del poder centralizado, aumentaba el culto al dios Amón, en Tebas.



RAMSES III
 


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